Nos creemos nuestras propias chorradas

Ayer estuve dando clase por primera vez en un gimnasio nuevo, Arue Sports Center, con un ambiente que me encanta, porque son varias artes marciales entrenando en el mismo entorno. Y hablando con los compañeros del centro me comentaban algo como «me extraña lo que hacéis porque se puede hablar con vosotros, y porque no estáis estáticos como lo que se ve por ahí en Wing Tsun». Mi introducción normalmente  a la gente es que «olviden los vídeos que ven por ahí en internet».

Vídeos como estos hay muchos, pero os dejo este porque está muy claro. NOS CREEMOS NUESTRAS PROPIAS CHORRADAS. ¡Qué historias de miedo le habrán contado al pobre luchador de Wing Tsun para que vaya a un combate con una postura estática y las manos extendidas fijas!

Y que falta de respeto a un compañero de otro arte marcial pensar que el se puede mover, adaptarse y modificar sus tácticas, pero que tu eres «tan bueno» que puedes quedarte fijo, estático y anunciar tu (única) táctica….¿y vencerle? Evidentemente el resultado es un golpe de vuelta a la realidad asombroso y claro.

Pero siempre me sorprenderá la capacidad de venta de humo del Wing Tsun que puede hacer que se lleve a un luchador a esta situación. Y por eso estamos donde estamos. Soltando excusas y cuentos de chi, «en la calle te mataría», esto son reglas etc….

Como les dije a los compañeros del Arue, para mi estos son conceptos de primer grado de alumno, poco o nada sparring y mucha soberbia.  Hay muuuucho más en el sistema, pero no se ve ni se trabaja.
¿Es el Wing Tsun un mal sistema? No, es increible.
¿Qué problema tiene? Que se entrena fatal, en los mundos de yupi, con cuentos chinos y sin probarlo. Así de claro.
Tenemos mucho que desarrollar, mucho que entrenar y mucho trabajo por hacer para que nos pongamos al nivel de otras artes marciales (en mi opinión) que tomaron ese camino hace tiempo.
O podemos seguir vestidos de shaolin y vivir en mundos imaginarios autocreados.