Entrenar con los alumnos. Alumnos o clientes

Cuando empecé a dar clases de Wing Tsun una de las frases que me dijeron fue: «NO SE DEBE entrenar con los alumnos. Tu obligación es darles clase y no usarles para entrenar«. Como todo por aquel entonces yo obedecía y me dedicaba a ser docente explicando las cosas….y poco más. Con mucha charla y mucho de «ya lo verás cuando crezcas».

Es curioso como han cambiado las cosas.

Ahora el enfoque, tanto mío como de muchos compañeros con los que trato, es totalmente opuesto. Lo hemos comentado muchas veces, la mayoría de nosotros sinceramente empezamos a dar clase para entrenar más. Wing Tsun son horas de vuelo, y está claro que enseñando vuelas más horas. Es decir que la razón es puramente egoista (otra cosa es que muchos sorprendentemente hayamos encontrado placer en ver a los alumnos mejorar).

Ahora a mis instructores, y alumnos (ver luego diferencia) les he pedido, sugerido y recomendado que USEN a los clientes (ver diferencia) y otros alumnos PARA ENTRENAR.

Este cambio de enfoque también se corresponde con un cambio de mentalidad en la enseñanza. Antes hablaba mucho. Ahora prefiero mostrar las cosas insitu y que mis alumnos hagan lo mismo. Me cabrea oir a un alumno «no hagas esto porque si lo haces hago esto». No se lo digas DEMUESTRALO. Así tu también mejoras porque aprendes a reaccionar. Con el primer alumno no te saldrá, con el segundo tampoco. Con el tercero si, y el cuarto lo verá. En el proceso tu has aprendido algo de por vida y has mejorado.

¿Entonces no hay que enseñar a los alumnos/clientes? Si, obviamente.
Primero opino que en artes marciales enseña mucho más y la gente aprecia mucho más que HAGAS las cosas que que les cuentes cuentos chinos. Y se lo creen mejor. Hechos más que palabras. Somos gente de acción.

Pero además hay que diferenciar entre clientes y alumnos.

Todos los profesores hemos gastado energías en un alumno que ha venido unos meses y luego lo ha dejado. Tiempo, dinero y energía perdidos.
A esa gente que viene unos meses, prueba, se queda otros y se va….o viene intermitente yo los considero clientes. Pagan su mensualidad, reciben instrucción y se van. Y como clientes hay que tratarles.

Después están los alumnos: mejores o peores le dedican horas, sangre, sudor, lágrimas y dinero. Vienen haya partido o no esa noche, acuden a los seminarios. A lo mejor se pasan un tiempo sin venir (cada uno tiene sus cosas) pero luego vuelven con la mismas ganas. Muchos son amigos. A esos hay que darles algo más…de hecho todo.

Pongo una apreciación que leí de Miguel Armijo, un compañero de Sudamérica, en Facebook (la he modificado algo):

«Respecto a los que asisten a las clases de artes marciales en conclusión existen dos tipos de ellos los alumnos y los clientes…
-clientes solo van a clases pagan su mensualidad y ya…
-alumnos van a clases, pagan su mensualidad, asisten a los eventos, se preocupan por aprender bien, ayudan a su sifu en los proyectos, se auto motivan y motivan al resto, son serviciales con el grupo, saben que lograrlo significa esfuerzo y trabajo duro.»
«A los clientes hay que tratarlos como clientes…
y a los alumnos como alumnos…»

Como he dicho a los instructores, nunca sabes si uno es un cliente o un alumno. Así que lo mejor es entrenar con ellos. Si haces lat sao entrenas con ellos (a su nivel), chi sao lo haces con ellos (idem), clinch, suelo etc. Tu diferencia de nivel debería ser suficiente para, de manera controlada, marcarles sus errores en cada momento durante el sparring. Y si no usa esos momentos para mejorar tus propias habilidades. Las del alumno mejoran contigo.

Como siempre, es el cambio en el Wing Tsun entre hablar y mostrar.

De esta manera conseguimos lo que pasa en, por ejemplo Brasilian Jiu Jitsu. Que un cinturón blanco nunca hace tapear a un azul. Porque los conocimientos el azul los sabe demostrar. Y al blanco le encanta.
A mi, personalmente, me está haciendo que vaya hasta a las clases de mis instructores a participar porque me lo paso en grande. No puedo dejar de entrenar así.

AHÍ CREO QUE DEBEMOS IR.

Como siempre es una opinión muy personal, mi camino y no necesariamente el de otros.