Curso de defensa personal femenina 10 de Marzo 2013

Se nos ha pasado volando. Un buen curso donde hemos disfrutado todos….hasta Eduardo y eso que el estaba ahí para que le pegaran :-D. Cuando quisimos mirar la hora, pensando que quedaba la mitad….quedaban 5 minutos para el final jejeje.

La verdad es que estoy muy satisfecho del curso. Mi intención era que no aprendieran técnicas complejas que fueran a recordara después, ni maneras imposibles de pegar. Siempre cosas simples; aprender a moverse y ganar tiempo y espacio para salir corriendo o que venga ayuda. Todo el curso de basó en la distancia de seguridad, pasos de salida y de caída, y golpeo de «hammerfist» (martillo).
DCIM100MEDIAEn un primer momento aprendieron la necesidad de tener y mantener un espacio un espacio de seguridad, una zona privada en la que NADIE tiene por qué entrar. Aprendieron a mantenerlo con ejercicios dinámicos. De ahí pasamos a usar las piernas para «avisar» a quien intenta entrar en esa zona. Fuimos complicando el ejercicio (siempre sobre lo mismo para que pudieran ir interiorizándolo) y vieron los desplazamientos laterales: el paso de salida. Y jugaron un poco con más presión, menos persión y aplicando el paso de salida para mantener la distancia y poder salir o pegar con la pierna.

De ahí vieron la opción del uso de las rodillas cuando las piernas no son una opción o cuando la persona se dobla (tras una patada a la zona media por ejemplo). Y con las rodillas, tirando del pelo o las orejas pueden hacer mucho daño.

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Después pasamos a las manos. La defensa personal femenina es distinta a las clases normales de Wing Tsun. Aquí el atacante no va a boxear, va confiado y pegará más «estilo bofetón» y se confiará más en los golpes. Aprendieron a usar la cuña para proteger la cabeza y «parar los golpes», con posiciones controladas desde las que poder ver salidas o puntos a los que atacar. Subimos la intensidad de los golpes y cuando cogieron confianza empezamos a enseñarlas a meter el peso detrás de sus defensa para no sólo cubrir sino ganar más espacio y hacer más daño. Entonces empezaron a ver puntos abiertos en el agresor, y pudimos hacer unos ejercicios con paos para aprender a golpear «tipo martillo» usando de nuevo el cuerpo, de nuevo con los mismos desplazamientos. La verdad es que se sorprendieron de la fuerza que pueden llegar a tener.

Una vez se sintieron seguras en eso pasamos a combinar golpes tipo manotazo con golpes rectos a la cara, y ellas tenían que «sacar» el golpe y usarlo para pegar. Habían pasado de «sumisas» a agresoras. Pobre Eduardo 😀 Cada vez que las golpeaban devolvían uno o varios martillazos a la zona de la mandíbula, cuello, orejas…o a los brazos en su defecto.

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Entonces aprendieron una de las cosas más bonitas del Wing Tsun…no resistirse a la presión del contrario sino usarla para golpear. Empezaron un liberaciones de agarres pero luego lo volvieron a meter en el golpeo. Me encantó ver como algunas de decían «que difícil»…a los 5 minutos estaban haciéndolo como si llevaran semanas. La predisposición fue muy buena.

Acabamos esa ronda de ejercicios atacándolas tanto Eduardo como yo con golpeos repetivos, presiones, empujones.¡ Y nos devolvieron buenos golpes!

Entonces volvimos a romperlas los esquemas. Es nuestra obligación sacarlas de la zona de comfort. Empezamos con liberaciones de tirones de pelo (bueno a mi no :-D)agarres y tirones, pero luego pasamos con estrangulaciones. Aquí entro la parte que avisé no sería «agradable». Llevamos a cada una contra la pared y, en varias fases, acabamos intentando estrangularlas fuerte. No somos mala gente y es duro ver la cara de susto de algunas, pero comprendieron que es una situación en la que hay que estar, hay que conocer. Mejor que las llevemos nosotros a alguien más. Estoy muy orgulloso, todas superaron su miedo y vieron como SE PUEDE salir de ello (y Eduardo y yo nos ganamos un dolor de cabeza por los puñetazos en la mandíbula).

Para acabar, dimos unos pocos minutos de técnicas básicas de suelo.

3 horas no es mucho tiempo, no se puede hacer milagros. Pero estoy convencido que han salido con algo más de confianza, sabiendo que pueden mantener su espacio, y que pueden golpear en caso que alguien lo invada. Han aprendido algo.

Muy bien chicas, ha sido un placer y da gusto veros devolver los golpes. Gracias por venir.
Y gracias a Eduardo por hacer de agresor 😀

Podéis ver más fotos en nuestro grupo de Facebook.

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