Hace un tiempo, uno de los mayores grados de la asociación de WT en la que estaba, y seguramente el más interesado en pelear (sigue haciéndolo profesionalmente hoy en día), dejó la asociación para irse a otra «familia». Dejó el WT para irse al Weng Chun de Hoffman (una mezcla muy efectiva aunque algo «extraña» de Wing Chun y BJJ).
En la carta pública de despedida que escribió decía los típicos bla bla bla , pero también una frase que se me quedó. Era algo así «durante todos mis años de Wing Tsun, peleando siempre he sentido que algo faltaba, que no estaba cómodo luchando con el sistema, que faltaban piezas. Ahora con el Weng Chun he llenado esas piezas«. Evidentemente las razones de cambiarse de asociación fueron varias (un culebrón político de esos del Wing Tsun), pero siempre me chocó que alguien tan cañero escribiera esa coletilla.
Y es que nuestro sistema es teóricamente muy simple, se explica sólo, el sistema de enseñanza es muy bueno, forzando al alumno a pasar por ciertas etapas y a poner ciertas posturas, muy incómodas al principio, para que adquiera ciertos hábitos y adquiera cierta estructura.
El problema es que, por el sistema de enseñanza, nos habituamos a estas posturas y luego intentamos pelear con ellas, ciñéndonos a estas «reglas» ….y resulta tremendamente poco práctico. Porque la pelea es un sistema vivo, complejo y cambiante…e intentamos meternos en él con una estructura fija y no cambiante.
Hace poco sifu Salvador, en uno de sus seminarios en Madrid, puso este símil que, como es normal en los buenos maestros, abrió una ventana en mi tozuda cabeza. Dijo que el método de enseñanza, las posturas, son como unas muletas que ayudan al alumno a aprender a andar y moverse. Pero que, llegado cierto grado, hay que tirarlas para poder andar y correr bien.
Y es curioso, porque siempre nos pasamos diciéndoles a los alumnos «una posición fija no hace nada», «te fuerzo IRAS o los pasos para que luego en el caos de la pelea salga, inconscientemente, lo más parecido posible», «ese Tan Sao/Bong Sao fijo no sirve de nada», «en wing tsun tienes que adaptare»….. y luego sólo lo aplicamos hasta cierto punto nosotros mismos. Después siempre volvemos, por inercia, a la «foto», a la posición fija o la estructura poco móvil. Si, un primero técnico lo hará en el 3er golpe, y un tercero en el 5º…pero volvemos. Restamos adaptabilidad a nuestro Wing Tsun.
Para muchos fanáticos del sistema esto es sacrilegio…las posturas son dogmas…¡no salgas de ellas!. Otros se salen tanto por la tangente que inventan sistemas nuevos, y los hay que buscan soluciones en aumentar los ejercicios y formas para intentar tapar huecos (sólo aumentan la complejidad del sistema y, por lo tanto, disminuyen su eficacia). No hay que tener miedo, si llevas más de 10 años en el Wing Tsun, no vas a hacer de repente Kárate por soltarte un poco…te saldrá Wing Tsun. Y no busques soluciones en otros lados, el sistema las tiene, solo que a lo mejor no las has visto. Esto no es un «todo vale» donde puedes meter un poco de aquí y un poco de allá.
A mi entender, este sistemas es un GRAN libro, con unos ejercicios y programas casi perfectos para poder adquirir habilidades. Y esto es lo que se debe hacer en los programas de alumno. Pero esta es sólo la primera parte, la lectura del manual.
Una vez aprendidas estas habilidades, una vez salen inconscientes, en programas de técnicos (pero también en los alumnos con las habilidades adquiridas en grados inferiores), no debemos temer miedo de tirar las muletas, soltarnos un poco y dejar que el Wing Tsun que hemos aprendido y al que le hemos dedicado tanto fluya. Porque para algo llevamos tantos años aprendiendo, que a veces parece que nos da miedo quitarnos los ruedines….¡Y sale! Te sorprendes a ti mismo volviendo a las posiciones aprendidas pero sin pensar, lo que te hace más dinámico, rápido y preciso. Y así puedes encadenarlas, adaptarte y usar la fuerza dinámica mucho más fácilmente. Una «chorrada» así (como suele pasar) a mejorado mucho mi Wing Tsun aplicado. Lo recomiendo. Una simple frase pueden cambiar mucho tu entrenamiento.
No hay que tener miedo. Porque además, tras tantos años, te encanta volver «al libro» de las secciones y las formas para poder afinar detalles, para enseguida probar como salen «en el circuito de pruebas». Y tras cierto tiempo de entrenamiento…¿que lo que hago no es Wing Tsun? «TODO lo que sale de mi puño es Wing Tsun«.
Pero es que además esto le da otra perspectiva al asunto. El otro día le comentaba a un ex-compañero que me siento como en primero de alumno, con la misma ilusión. Porque tengo unas piezas, que ya se que manejo medianamente (todavía queda mucho reglaje) bien. Ahora se trata de dejar de construir paredes con esas piezas y empezar construir edificios. Y con más variables en juego (tiempo, resitencia del contrario, firmeza de los cimientos, adaptabilidad, la suerte….) porque ya las puedo manejar. Es otra vez fascinante. Es como cuando estudiaba física y pasé de aprender a usar las fórmulas para aprender a resolver problemas complejos con ellas, y en varias dimensiones.
Todo esto lo entreno con compañeros y lo corrijo en los seminarios de sifus que vienen a Madrid, aquellos que ya llevan parte del camino recorrido.
Además no fuerzo a los alumnos a pasar años para aprender el sistema. Al revés, los 12 grados de alumno son un pre-sistema. Tiene que hacerlos bien (y soy un rallado de ello), pero quiero que lleguen cuanto antes a empezar a usarlo.
Por cierto que el Wing Tsun no se «corrompe» por ello. Al revés, te das más cuenta de los fallos y de la importancia de un buen trabajo de base, y vuelves a la base con ganas, vuelves al libro de texto para repasar y mejorar. A mis alumnos les fuerzo a hacer eso con los grados inferiores que han pasado y se lo pasan en grande, comprenden mucho más la importancia de los ejercicios.
Recomiendo a todos no tener miedo de tirar las muletas, el sistema se hizo para eso. Como decía Bruce Lee «no te hagas esclavo del sistema» que él sea tu esclavo, aprende a usarlo desde primeros grados de alumno.